- Baltazar Hinojosa
Soy orgullosamente matamorense y tamaulipeco. Provengo de una familia que decidió forjar su futuro aquí en nuestro estado, en Matamoros. Aprendí de mis padres Inés Ochoa de Hinojosa y Arturo Hinojosa Galindo, el valor del esfuerzo, de la disciplina, del trabajo bien hecho, de la palabra comprometida, de la dignidad y el honor, de la honestidad y del servicio a mis semejantes.
Mis padres, me educaron para esforzarme y luchar por mis ideales. Tamaulipas siempre ha sido mi casa, representa mis orígenes, mi presente y mi futuro.
Mi padre me enseñó el trabajo como productor del campo, a cultivar la tierra para cosechar de ella los mejores frutos, a cuidar y proteger al ganado para conseguir los mejores ejemplares, a tener como meta la mejora constante el trabajo bien hecho.
La música me ha acompañado desde que tengo memoria; una de las cosas que más me gustan es sentarme con mi guitarra a cantar con mi familia y amigos.
Siempre he tenido una personalidad inclinada al conocimiento del origen de las cosas, su evolución y sus resultados. Desarrollé mis habilidades a través del análisis crítico de nuestra realidad y la constante búsqueda de soluciones a los problemas de nuestra sociedad.
Esto me llevó a estudiar la Licenciatura en Economía en Universidad de Monterrey, institución por la cual siento un enorme cariño y respeto.
Mi familia es el centro de mi vida privada y mi motivación para alcanzar ideales y metas en todas mis actividades.
Empezando por mi mamá y, en mi vida diaria, mi esposa Marcela y mis tres hijas, Daniela, Mariana y Alejandra; las mujeres son mi admiración y una razón fundamental para luchar cada día por una mejor sociedad, un mejor estado y un mejor país.
Es mi compañera de vida. La mujer con la que he formado una familia basada en valores de la que me siento muy orgulloso y feliz. Marcela es una mujer con un inmenso sentido humano, sensible a las causas más justas; creativa, entusiasta y con un don extraordinario de hacer las cosas posibles. Es mi mejor apoyo y compañía.
Daniela graduada de Neurociencia, Mariana estudiante de Economía y Arquitectura y Alejandra de Cinematografía. Ellas son todo para mí y su felicidad es la mía.
Son chicas con valores muy sólidos y arraigados. Cada una tiene su propia personalidad, encantadoras y con quienes comparto los mejores momentos en familia. Compartir con Marcela los proyectos de mis hijas me llena de entusiasmo, energía y enorme satisfacción. Creo en ellas como mujeres capaces, profesionistas destacadas, y mujeres comprometidas con su tiempo. Ellas me inspiran a seguir impulsando el lugar tan importante que tiene la mujer hoy en día en el progreso de nuestro estado y de nuestro país.